domingo, 16 de agosto de 2009

TRABAJO PARCIAL 1

Comprensión y ética. Necesidades de una sociedad democrática.

Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar.
André Malraux (1901-1976)
Novelista y político francés.


Resumen

Los avances que la tecnología nos ha traído ponen el peligro nuestra convivencia y las relaciones sociales, volviéndonos cada vez más individualizados y deshumanizados. No comprendemos a nuestros semejantes. Esa incomprensión se da por falta de información, por la intolerancia y por no ser empáticos. Es necesario comprender para ser comprendidos.

Nuestra vida en una sociedad democrática tiene garantía para expresar libremente nuestras ideas y dedicarnos a lo que más nos convenga, pero para ello debemos actuar con respeto a los demás y a nosotros mismos y mantener una línea de comportamiento ético. Debemos ser honestos con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos.

Introducción

La modernidad nos ha sobrepasado. Nunca nos preparamos para recibirla y nos avasalló. Vivimos en un mundo donde reina la individualidad a pesar de los grandes avances tecnológicos en las comunicaciones. Nos enfrentamos a grandes retos para seguir funcionando como sociedad. Parece paradójico pero podemos relacionarnos a distancia a través de los medios electrónicos y no podemos comunicarnos con nuestros vecinos y familiares cercanos.

Es mucho más fácil acceder a un sitio de Chat o a alguna de las muchas redes sociales y conocer a alguien, que socializar con nuestros compañeros de trabajo, vecinos o familiares.

La tecnología, lejos de integrarnos como sociedad nos ha deshumanizado e individualizado. Los valores universales se han vuelto individuales. Nos hace falta comprensión, comunicación, tolerancia y empatía.
Para conseguir lo que pretendemos, nos colgamos muchas medallas que no hemos conseguido y actuamos carentes de ética, limitando las posibilidades de quienes han hecho grandes esfuerzos para prepararse.

En busca de la comprensión

Morín(1999,afirma que hay dos tipos de comprensiones: la intelectual u objetiva, que requiere de la información, la explicación y el conocimiento y la comprensión humana intersubjetiva que es personal, empática y de identificación.

Existen muchos impedimentos para que se dé la comprensión. Las barreras en la comunicación, la multiplicidad de acepciones raciales, culturales, religiosas, pero sobre todo las intelectuales, imposibilitan la comprensión.

La individualidad, los prejuicios, el racismo y la xenofobia, nos deshumanizan y aíslan de la sociedad y desencadenan la incomprensión.

Si; es un panorama desolador, pero sólo en nuestras manos está solucionarlo para crecer como individuos, como sociedad y como nación.

La incomprensión se presenta cuando solamente pensamos en nosotros y vemos a los demás desde el punto de vista de sus errores o faltas, pero sobre todo si nos vemos afectados.

Requerimos hacer un gran esfuerzo para comprender a los demás desinteresadamente. Debemos analizar las motivaciones de los demás mediante la comunicación y la empatía. Si nos ponemos en el lugar de nuestros semejantes y conocemos su entorno y condiciones, vamos en camino a comprenderlos.

En la medida que nosotros comprendamos a los demás, seremos comprendidos. Debemos ser tolerantes pero sin caer en la indiferencia. Todos tenemos derecho a expresar nuestras ideas y preferencias, aunque sean contrarias a los demás. Debemos pensar que nadie es poseedor de la verdad absoluta y que todo puede ser relativo a nuestro entorno y condiciones sociales, culturales, políticas y económicas.

Morín (1999), asevera que el arte, la música y la literatura son puentes necesarios para construir una cultura planetaria a partir de componentes multiculturales y el triunfo de la comprensión humana. Pero yo creo que en cada cultura permanecen sin variación rasgos propios muy difíciles de soslayar y permitir construir una cultura universal, por la falta de comunicación, tolerancia y cerrazón.

No sé si “la comprensión es fin o medio para la comunicación humana” (Morín, 1999) o si la comunicación los es para la comprensión, pero creo firmemente que sin la comunicación es imposible que se dé la comprensión.

Cuantas veces nos hemos enfrentado a la incomprensión de las personas al realizar un trámite y darnos cuenta que nos hace falta algún documento, por desconocimiento o por olvido y recibimos inclusive hasta un regaño en lugar de darnos la información correspondiente y la oportunidad de realizar dicho trámite. O cuando nosotros estamos atrás de una ventanilla de atención al público y sentimos que hay molestia en las personas que se presentan, también incurrimos en el regaño y el enfrentamiento, en lugar de ser empáticos y pensar que lleva algún tiempo esperando, que como han estado de pie, seguramente tienen cansancio o molestias y que es normal su actitud. Ahí es donde debemos ser comprensivos y que nos comprendan.

Sociedad y ética

La influencia entre los individuos y la sociedad es retroactiva y generadora de su cultura, la que a su vez mantiene y valida esa relación y la hace inseparable, tanto que no se puede hablar de una conciencia individual, sino de la sociedad.

La democracia es el resultado de una sana relación entre el individuo y la sociedad. La democracia y los individuos se nutren y relacionan mediante un proceso de regeneración iterativo mutuo. “Los ciudadanos producen la democracia que produce los ciudadanos” (Morín, 1999).

Pero para que una sociedad democrática funcione, los individuos, aunque tengamos una gran diversidad de ideas, opiniones e intereses, debemos subordinarnos a los mandatos sociales, obedeciendo las leyes, dando soberanía a los poderes, garantía a los derechos individuales y a la protección de la vida privada y la sociedad debe, en su conjunto, garantizar la supervivencia de las ideas y opiniones.

La vida democrática de una sociedad, aún con sus lagunas y carencias, garantiza la libertad existencial de los individuos, es decir, podemos dedicarnos a los que más nos plazca, siendo lícito, podemos casarnos con quién queramos y vivir donde más nos guste.

Las garantías que nos da la vida democrática de la libre expresión de las ideas y de estudiar lo que nos atraiga y trabajar en donde más nos convenga, se presta para un comportamiento contrario a la ética. Quienes nos dedicamos a la docencia, con regularidad vemos que la práctica del “copy-and-paste” es cada vez más frecuente y no asumimos una postura enérgica para frenarlo, tal vez porque nosotros incurrimos en lo mismo.

Es lamentable y un hecho delictivo copiar, plagiar o apropiarnos de la ideas de otros, sin otorgar los créditos correspondientes. También lo es, afirmar que hemos participado en congresos, cursos o talleres, sólo por el hecho de contar con una constancia aún sin haber asistido.
La deshonestidad intelectual, también se da al elaborar un currículum donde afirmamos tener estudios y experiencias determinadas, con el objetivo de alcanzar un empleo bien remunerado, sin pensar que estaremos ocupando un lugar que no nos corresponde y desplazando a alguien que tendría mas derecho que nosotros de ocuparlo.

Es indispensable que mantengamos un espíritu de honestidad intelectual y seamos investigadores de verdad y no estemos soportados por mentiras.

Es muy triste enterarse de lo que dice Rojas (1997):

El plagio de productos del trabajo intelectual es un fenómeno que se ha presentado en todas las épocas en las distintas áreas del conocimiento científico, así como en las diversas expresiones artísticas y culturales en general.

Tal hecho ha llevado a mucha gente a considerarlo como algo natural, lo cual ha conducido a que no se le otorgue la importancia que merece en las instituciones educativas desde el nivel preescolar hasta el universitario. (p. 7).

Enterarse que el plagio no reconoce épocas ni fronteras, instituciones y conciencias, debe impulsarnos a señalarlo, repudiarlo y si es posible a denunciarlo, con el peligro de que si no lo hacemos, corremos el riesgo de que se considere normal.

Conclusiones

Si queremos preservar los valores sociales, debemos hacer un alto en el camino y utilizar la tecnología para nuestro beneficio como individuos y como sociedad. Debemos utilizarla para comunicarnos y así poder comprendernos. La información, la comunicación, la tolerancia y la empatía deben conducirnos a la comprensión de nuestros semejantes.

Debemos buscar que nuestra sociedad siga garantizándonos las libertades de que ahora gozamos, para ello debemos ser participativos e involucrarnos en las decisiones que nos afecten como sociedad y como nación.

El respeto al trabajo de los demás y al propio, debe convertirnos en celosos guardianes de la ética profesional. Si nos respetamos, debemos entonces respetar a los demás.

Referencias:

Morín, E. (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Librería El Correo de la UNESCO.

Provervia.net. (2009). Recuperado el 12 de agosto de 2009, de: http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=81

Rojas, R. (1997) Trabajo intelectual e investigación de un plagio. (Recomendaciones para redactar un texto). Madrid, Plaza y Valdés

1 comentarios:

A las 17 de agosto de 2009, 18:49 , Blogger esm ha dicho...

Es cierto lo que dices que debemos utilizar la tecnologia para nuestro beneficio, dentro de los parametros que rige la etica.
Pero como podemos pedir el día de hoy a los estudiantes, trabajadores, investigadores, etc., que no utilicen el copy-and-paste y nosotros lo toleramos, si no establecemos las reglas del juego desde el principio, se sigue callendo en lo mismo.
Ademas dentro de esta sociedad corrupta en donde la premisa pincipal es: "El que no tranza no avanza", no le dejamos opciones a nuestros hijos, colaboradores, estudiantes, etc.
Aunado a lo anterior se encuentran el extinción los valores de honestidad, lealtad, fidelidad, empatía,etc. todos esos valores que enriquecen la moral y la etica.
Y por si fuera poco existe una doble moral dentro de esta sociedad democratica, en donde la premisa es: "Haz lo que digo y no lo que hago", no somos un buen ejemplo para las generaciones futuras.
Si dentro de la familia realmente se dieran los valores que mencione anteriormente, seriamos una sociedad honesta, libre de perjuicios, más sana, en resumen seriamos mejores

 

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