Un día como cualquiera
A fuerza de andar mis propios caminos, un día me encontré a mi mismo.
Mi sueño es llegar a la vejez (o seguir) todo arrugado y luciendo mis canas, pero con un corazón "bien planchado" que me permita sonreírle a la vida y a todas las personas que me rodean.
Mi reto es morir lleno de ilusiones dejando con nostalgia la vida misma.
Me rehúso a dejar morir la ilusión y la esperanza, pues son el camino mismo de la felicidad, sacrificaré bienes y posesiones, pero nunca mis ideales.
El ideal es la tierra prometida a alcanzar al final del camino de cada quien.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio